Un último derroche de negatividad
Ayer se me ocurrió que la gran solución a todos mis problemas económicos tendría que ser una tarjeta de crédito.
Por qué? Porque obvio! Si no tienes plata, el plástico aguanta todo! Eso al menos me daría un pequeño respiro cuando tenga que efectuar algún gasto y no cuente con el dinero en ese preciso instante. Yo sé que las tarjetas son peligrosísimas, lo sé, pero finalmente tras una larga y sesuda meditación llegué a esa conclusión. Lo que yo necesito es el cuadradito de plástico milagroso!
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Entonces, determinadísimo a conseguir mi meta, ingresé a la página web de un banco conocido, para chequear los documentos que tendría que llevar al banco. Así que nada, hice mi lista: Recibos, boletas de pago, copia de recibo de teléfono, copia del DNI actualizado. El DNI... a ver mi DNI, ahhhhh! Caducó en agostoooo!
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Pucha máquina, tuve que ir al banco de la nación (previa investigación online) a pagar el derecho de renovación de DNI... ir a tomarme nuevas fotos (por mi madre, qué tal cambio con la foto de mi antiguo DNI!), ir a hacer mi maldita cola en la RENIEC, pasarme toda una mañana (con permiso en el trabajo) haciendo el bendito trámite para que al final me digan que recoja el nuevo documento, casi 9 días después! Pucha... yo que quería hacer el trámite al toque.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
"No te preocupes, más tiempo para recabar todos los documentos necesarios para que saques tu tarjeta" pensé ingenuo. Ni modo, pasaron los días y yo, para variar, cada día más misio, cada fin de semana, más cosas para NO hacer por no tener plata. Chamare. Ya sale el DNI, tranquilo Bobby, tranquilo. Hasta que llegó el día de recoger el DNI.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Pero naturalmente, era día laboral, así que tuve que pedir permiso nuevamente. Así que me planté en la RENIEC a las 8 am en punto para encontrarme con oootra colaza (ésta vez afuera de la RENIEC, y estaba lloviznando). Felizmente estaba con mi chompa y mi chalina, porque les juro que me había bañado por las puras. La RENIEC abrió a las 8:30am y por acto de magia, salí campante con mi DNI a las 9 en punto. "Fantástico!" pensé, así me daba el tiempo perfecto para ir al banco casi primerito, bien vestidito (aunque con el pelo mojado) y presentar todos mis documentos.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Llegué al Banco, saqué mi ticket (con tarjeta, porque sin tarjeta te hacen esperar muuucho más). A33... Miro la pantalla e iban por el A12. Qué? A qué hora sacó tanta gente sus tickets? Ni modo, ya estoy aquí, pensé, así que a esperar. Debo admitir que no pasó mucho tiempo (aproximadamente una hora), casi me seco la batería del celular mientras jugaba al bendito jueguito ese de poner una piedrita en un lugar y dejar al final una sola, mientras miraba como se demoraban enormemente con cada cliente que se acercaba a la plataforma de ventas, hasta que me llamaron.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Me senté, esbocé mi más grande sonrisa, estiré la mano y mentalmente dije "quiero conocer al cuy mágico que da tarjetas de crédito por favor! Soy su más grande admirador!", mientras en voz alta utilicé mi más masculina voz para decir "Muy buenos días". Había llegado. Ya estaba ahí.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
-En qué puedo servirlo señor?
-Bueno, me encantaría poder gestionar una tarjeta de crédito con ustedes por favor.
-Muy bien señor. Recibe usted su sueldo por el banco?
-No, pero apenas recibo mi cheque lo deposito en mi cuenta de éste mismo banco, así que ustedes tienen mi registro, me imagino.
-Ok, entendido. Tiene la documentación necesaria?
-Aquí la tiene.
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Dos minutos después me botaron aduciendo que no tenía la antiguedad necesaria para adquirir el bendito plástico. Miraron con escaso detenimiento mis boletas, me pidieron mi RUC, lo consultó en la pantallita y a pesar de que le solté un "Pero quiero endeudarme! Soy un GRAN endeudador! Yo me endeudo nomás! Confía en mi!" la muy malvada me miró pérfidamente y me dijo "Neeeext!".
Y es que yo desde ahora seré positivo.
Debo decir que se me cayó el mundo. Me sentí la persona menos valorada del planeta. Caracho, no sirvo ni pa endeudarme oye. Salí con mi foldercito con todos mis documentos ordenaditos, caminando cabizbajo, y a la salida un cambista me aborda con un "cambio? cambio!" y casi le digo "Te cambio mi suerte cuñao, cuánto sale?" pero tuve miedo de que me diga "Nada flaco... tu suerte no la compran ni aunque venga de yapa con un six pack de leche gloria". Chamare, todavía con el pelo húmedo y el autoestima más mojada todavía, salí a las calles con rumbo al bendito trabajo.
Yo estoy al incio. Estoy en cero. Así que como estoy en cero, no puedo ir más abajo! Cierto? Y probablemente endeudarme de esa forma salvaje (porque ahora estoy convencido que las tarjetas son obra del diablo) sería el peor error que pude haber cometido. De ésta forma, he decidido finalmente aceptar la gran invitación a un negocio de un amigo mío. Así es. Y lo he hecho. He presentado mi carta de renuncia. Porque yo desde ahora he decidido ser positivo.
Así que he renunciado, y me voy de acá en tres semanas. Y para qué? Para invertir un pequeño dinero que tenía guardado para cualquier eventualidad (un dinero que me ha costado mantener intacto), en un negocio en el que sé que puedo lograr sólo lo que yo me proponga.
Finalmente un trabajo en el que yo seré mi jefe, yo armaré un equipo de ventas, yo me encargaré de pelearme conmigo mismo para armar MI horario de trabajo. Porque saben qué? Yo he decidido ser positivo. Yo he decidido tomar las riendas de mi vida, y no trabajar para un señor misterioso que factura sabe Dios cuántos miles de dólares al mes y se los da a sus hijitos para que se compren carros del año y yo no pueda ni andar en una carcocha miserable. Así esssss! YA TENGO EL PODER!
No tenía idea que renunciar podría ser tan estimulante! (Lo que no va a ser estimulante es contar todo ésto en casa...).
Pero como yo he decidido ser positivo desde ahora en adelante, tengo que dejar de lado mi negatividad y mis malos deseos. Así que he decidido enviar todo mi mal karma hacia la señorita que con taaanta amabilidad me mandó al reverendo cacho en el banco. Así que tú, malvada mujer sin nombre, tú y tu Cuy Mágico pueden irse a hacer magia a la re BIIIIIIIP! Con todo el cariño que les puedo tener, les dedico ésta canción, gran éxito de la cumbia de los Hermanos Yaipén!
Listo, fuera negatividad. Sana tu cuerpo Moritz! Sana tu cuerpo!
Ahora sí, listo para emprender un nuevo camino. Adios corporatividad explotadora saca la mugre, negrera que no paga ni pa comer bembos de vez en mes! Mwahahahahahaha!
3 comentarios:
sé positivo mi hermano!
jaja me salió el demonio Belmont :P
gracias por la visita
bso!
Lo primero es agradecerte por darte una vuelta por mi blog, eres bienvenido.
En fin, no sabes de lo que te has salvado a mi me tomo años AÑOS deshacerme de las benditas tarjetas de crédito, ahora si no hay no compro, así de simple.
Lo del negocio propio es interesante, cuéntanos que es.
Nos leemos.
Peregrino.
Por obra y gracia de quienes contratan mis servicios soy cliente del Banco del Cuy del Perú y siempre llaman para ofrecerme sus tarjetas, yo siempre los mando por un tubo, asi que considerate vengado.
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